En lugar de discutir cómo serían condenados tres países por agredir a otro sin ningún mandato de Naciones Unidas, el debate se dirigió a defender un extraño elemento del derecho internacional: ‘la intolerancia al uso de las armas químicas’.
Según fuentes sirias y rusas, el bombardeo de este viernes contra Siria tuvo consecuencias limitadas: el ejército del país árabe logró interceptar la mayoría de los cohetes lanzados, con ayuda rusa evacuaron los centros que fueron objeto de ataques, y el saldo humano, que al final es lo más importante, se resume en tres heridos, no por los bombardeos directamente, sino por la misma intercepción de misiles.
Recientemente la agencia Sputnik publicó un video en el que muestra cómo pasaron los hechos del supuesto ataque químico en Siria. La filmación se realizó el 8 de abril en una sala de emergencias que atendía a moradores de un edificio bombardeado. Sin explicación y de repente, al lugar llegaron individuos con cámaras de televisión que gritaban sin sentido “intoxicaciones” y lanzaban agua. Una vez filmados todos los planos necesarios abandonaron la instalación.
El terrorismo es consustancial a la humanidad, según sostiene la analista política Olga Schedrova, pero solo el apoyo reiterado de Washington lo convirtieron en una amenaza a escala mundial.